Las danzas son claves en el carnaval de barranquilla por su armonía y alegría. Claro está que de estas se desprende variaciones.
LA DANZA DEL TORITO

En el año 2005, la Danza El Torito cumple 127 años de actividad continua en las fiestas de Momo. Se caracteriza El Torito por su antigüedad, tradición y conformidad familiar, revelando notoriamente al hombre del Caribe, mediante la expresión artística y folclórica.
Esta institución se ha mantenido por el dinamismo de su director Alfonso Fontalvo Torres, quien la orienta desde 1972; por la motivación de sus integrantes y por el entusiasmo que refleja hacia la festividad del carnaval.
En orden cronológico, encontramos como directores a: Elías Fontalvo Jiménez, fundador, nació el 15 de agosto de 1866 y murió el 25 de mayo de 1934.
Campo Elías Fontalvo, sucesor, nació el 17 de abril de 1898 y murió el 25 de abril de 1971.
Marco Fontalvo, sucesor, nació el 7 de octubre de 1900 y murió el 25 de abril de 1971.
Actualmente es director de la Danza Alfonso Fontalvo y con orgullo barranquillero le acompañó como presidente, desde 1960, Pedro Vengoechea Gerlein; a la muerte de éste, le sucede su hijo Enrique Vengoechea Arrázola. Podemos encontrar también el toro grande.
LA DANZA DEL GARABATO

La Danza de El Garabato, es una danza cuyo origen es español, que caricaturiza un enfrentamiento entre la vida y la muerte. La palabra “Garabato” proviene del nombre puesto al palo de madera, con forma de gancho en uno de sus extremos, que lleva colgadas unas cintas de colores rojo, amarillo y verde, y que llevan los integrantes masculinos de la Danza. Se dice que el Garabato es utilizado para acabar con la muerte en un desafío.
La Danza, que ya cuenta con poco más de setenta años, estuvo a punto de desaparecer, pero fue revivida por un inolvidable personaje de Barranquilla y de la Costa Atlántica Colombiana, Emiliano Vengoechea, quien dedicó parte de su vida a impulsarla hasta convertirla en un símbolo emblemático del carnaval de Barranquilla.
En la Danza participan, además de los hijos de Emiliano, Luis Fernando y Enrique Vengoechea, con sus respectivas esposas Vivian Palacio y Gina Pezzano, la reina del carnaval la reina de la belleza de Colombia y varios miles de personas, divididos en subgrupos de, como mínimo, treinta personas. Sale por la noche cada año, en precarnavales. Antiguamente partía desde la propia casa de Emiliano, pero dada la magnitud del desfile, fue variando tanto su salida, como también su recorrido. Actualmente sale desde el colegio Biffi La Salle, en la calle 85 y recorre varias calles para terminar en una enorme fiesta en el Salón Jumbo del Country Club. Durante su recorrido es acompañada por casi un centenar de conjuntos musicales, cada uno de los cuales lleva una tambora, un tambor, flautas de millo y gaitas, y se canta con voces en ritmo Chandé. El himno de la “Danza de El Garabato”, compuesta por el propio Emiliano y “Te Olvide”son las piezas más entonadas por los grupos musicales participantes.
Al rededor de la Danza, surgen una serie de negocios de elaboración de disfraces, capas, sombreros y los palos de El Garabato. Se destacan entre todos las casetas que se instalan en la calle 72, en los alrededores del Estadio Romelio Martínez, en donde se pueden conseguir la casi mayoría de los complementos del disfraz. También podemos encontrar dentro de estas a el cipote garabato, el garabato del norte.
DANZA DEL CONGO

Entre las herencias africanas más importantes que aparecen en el Carnaval de Barranquilla se halla la danza de los congos. Se trata de un desfile de hombres divididos en cuadrillas, cubiertos con penachos de flores y plumas con una cola o penca cubierta de mariposas que llega hasta el suelo. Según la antropóloga Nina S. de Friedemann, este atuendo recuerda a los reyes del Antiguo Reino del Kongo, descritos por Fillipo de Pigafetta en 1591. Cada cuadrilla se denomina con un nombre especial como: Torito Ribereño, La Burra Mocha, Toro Negro, Congo Tigre de Galapa. Cada grupo de danzantes tiene una sede o palacio, de la cual parte hacia las calles barranquilleras donde despliegan ritos de enfrentamiento con otras cuadrillas. En las danzas callejeras los congos blanden sables de madera, culebras vivas y vejigas de animales. Estas prácticas y atavíos acompañados con sus respectivos relatos recuerdan las rivalidades entre antiguas naciones africanas que se encontraron en el Nuevo Mundo durante el periodo colonial. En la descripción del año 1693 dejada por las autoridades españolas, se afirma que en ese entonces los africanos colocaban un tablado donde competían entre bandos que se agrupaban según sus antiguos ascendentes africanos.
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